La distribución actual de los
seres vivos y en consecuencia, las características del área de cada especie
animal y vegetal, son el resultado de la influencia, tanto pasada como
presente, de factores internos, propios de los organismos, y externos, propios
de los medios en el que viven.
A) FACTORES INTERNOS
ninfas de Argiope, procedentes de una única puesta |
Cuando un taxón nuevo aparece en
un punto cualquiera del globo, la extensión de su área dependerá inicialmente
de sus potencialidades intrínsecas, relacionadas con su constitución genética,
como su capacidad de propagación, su amplitud ecológica o sus posibilidades
evolutivas:
1.- CAPACIDAD DE PROPAGACIÓN:
La expansión de una especie depende, en primer lugar, de su capacidad de
reproducción y de diseminación:
a.
Capacidad de reproducción: Una especie particularmente fecunda no
implica un gran número de individuos sobre la superficie del globo. La
capacidad de reproducción no viene dada por la cantidad de descendencia que
genera, sino que depende de la longevidad de sus individuos, su capacidad de
alcanzar un desarrollo completo para generar más descendencia.
b. Capacidad de diseminación: O de desplazarse a distancias más o menos importantes. La diseminación activa se da en organismos dotados de locomoción. Corresponde al conjunto de sus desplazamientos habituales o de mayor envergadura (migraciones). También puede darse diseminación activa en plantas que proyectan las semillas a distancia (balsamináceas, Ecballium o "pepinillo del diablo"), que originan rizomas subterráneos (helechos) o que dan lugar a un nuevo individuo en las proximidades del progenitor por medio de estolones aéreos, como las fresas. En la diseminación pasiva, hay un factor externo que actúa como agente de transporte. Según sea este agente, se distingue la anemocoría, o diseminación por el viento, la zoocoría, o dispersión por los animales, la hidrocoría, o transporte por el agua y la antropocoría, o diseminación, llevada a cabo por el hombre.
2.- LA AMPLITUD ECOLÓGICA:
Cada especie puede vivir entre dos valores límite de cada uno de los diferentes
factores del medio (ej., especie vegetal que puede vivir entre los 12-25ºC). Cuanto
mayor es la diferencia entre esos límites, mayor la amplitud ecológica y mayor posibilidad
de extensión de su área de distribución. El área estará poblada en general por
individuos que presentarán caracteres morfológicos y funcionales modelados por
las condiciones locales. Estas adaptaciones reflejan la plasticidad ecológica
de una especie en el plano fenotípico (conjunto de caracteres aparentes de un
organismo) y ponen de manifiesto simplemente una adaptación no hereditaria,
reversible, de cada individuo a su hábitat.
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G. clusii no tiene coloración verde en corola como G. acaulis |
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G. acaulis |
A la inversa de lo que sucede con las adaptaciones fenotípicas, los caracteres de los ecotipos son de naturaleza genotípica (genes reproducidos de manera idéntica en todas sus células) y por tanto, hereditaria, y se mantienen cuando los individuos son trasladados a un nuevo hábitat. Los ecotipos pueden ser considerados como variedades o subespecies caso del enebro común (Juniperus communis) y la subespecie enana (J.c. nana) que representa un ecotipo climático de porte prostrado, que crece en el piso subalpino, o como especies propiamente dichas cuando sus caracteres son muy marcados. Sería el caso de la Gentiana kochiana de las montañas calcáreas y la G. clusii de las cadenas graníticas, dos ecotipos edáficos de una misma especie inicial: G. acaulis.
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